jueves, 23 de octubre de 2008

El cérvido perdido

Antes de empezar permitirme un pequeño inciso ajeno al tema que atañe a este post. Esto es algo que interesará a algún lector de Valencia, y es que mañana, 24 de octubre a las 19 horas Luis Miguel Dominguez dará una conferencia sobre el Amazonas en nuestra ciudad. La cita es en la sede del FUNDAR sitado en la calle Fuencaliente número 1.

Luis Miguel Dominguez

Tras esto... ¡al turrón!

Este año está siendo prolífico en cuanto a redescubrimientos de especies, caso del okapi (Okapia jhonstoni) en el Parque Nacional de los Montes Virunga (República Democrática del Congo), el petrel de Beck (Pseudobulweria becki) o la rana Craugastor milesi.

El tema está en que se ha conseguido constatar que aún existen ejemplares del muntjac de montaña (Muntiacus montanus). No se tenía noticias de esta especie de cérvido nativa de Sumatra desde 1930, habiendo desaparecido incluso el espécimen tipo en 1942 durante la invasión japonesa de la isla durante la Segunda Guerra Mundial. Todo esto ha cambiado con el hallazgo de un ejemplar atrapado en una trampa colocada por un furtivo, obviamente éste fue liberado. El encuentro se realizó a 1950 metros de altitud en el Parque Nacional Kerinci-Seblat.

El ejemplar hallado en la trampa

Según los investigadores responsables del hallazgo, perteneciente a la ONG Flora & Fauna International y al Equipo de Protección del tigre del Parque Nacional Kerinci-Seblat, es posible que la especie sea abundante en estas montañas. Ahora es el turno de que los responsables de la UICN realizen un estudio para conocer el estado de conservación del muntjac de montaña.

Más información aquí.

miércoles, 22 de octubre de 2008

No con mis perricas!!!

Ya lo decía Ska-P en su canción Vergüenza:


Una de las grandes vergüenzas de esta monarquía bananera como es España es la mal llamada Fiesta Nacional.

Esta mañana, nada más abrir el correo, he recibido una invitación a participar en una idea cojonuda: colocar una casilla en la Declaración de la Renta con la opción de negarse a que parte de tus impuestos se dirijan a financiar la actividad taurina. Y es que compañeros la barbaridad de 550 millones de euros de los presupuestos estatales son desviados para subvencionar el maltrato al que se ven bejados los toros.

La idea ha nacido en el programa Caiga Quien Caiga de La Sexta (cada vez me gusta más esta emisora), y luego digan que la tele no sirve para nada. Para participar únicamente hay que enviar un correo a la Secretaría de Prensa del Ministerio de Economía y Hacienda. Aquí está la carta ya redactada, sólo hay que utilizar la técnica del copy-paste. En esta misma página están enlazados los tres vídeos que componen el reportaje realizado por el equipo de CQC, los cuáles yo también voy a enlazar.


En la primera parte la reportera se acerca a Tordesillas, donde además de ser el lugar donde se encerró a Juana La Loca se celebra el horripilante "festejo" conocido como el toro de la vega



Aquí por fin consiguen hablar con un político sobre el tema, además de realizar un experimento llevando a un grupo de turistas a que presencien una corrida de toros.


Por último, realizan una pequeña encuesta a la población para conocer que les parecería la medida propuesta.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Pleistocene re-wilding o como crear tu propio ecosistema en Texas

En el 2005 se público un articulo en Nature que ha ocasionado una cierta polémica (una polémica que desgraciademante nada tiene que ver con la que ha desatado que la Duquesa de Alba se halla echado novio). En él unos científicos plantean la posibilidad de reintroducir la megafauna que vagabundeaba en las llanuras del interior norteamericano durante el Pleistoceno. Es decir, reconstruir el ecosistema perdido que se podía observar en un capitulo de Nuevo Mundo Salvaje llamado El Serengeti Americano.

Obviamente como esas especies de grandes mamíferos están extintas lo que quieren hacer es introducir las especies actuales más estrechamente relacionadas con éstas. Éstas son las especies barajadas:


Nótese que todas las especies elegidas son entidades biológicas distintas, tanto genética como ecológicamente, de las presentes en un principio.

Para realizar esto los autores se basan en los beneficios estéticos, éticos, medioambientales y económicos que generarán. Repasémoslos uno a uno.

Entre los motivos económicos se incluirían un incremento del turismo de la zona y un frenazo a la despoblación que sufren estas regiones, de acuerdo, ambos son motivos de peso. Para evitar los posibles daños que ocasionaran los animales salvajes sobre la población, la solución adoptada sería la de crear una gran valla perimetral que evitara la salida de los animales. Imaginemos por un momento que el plan sale a la perfección, y por la misma tendencia poblacional el territorio ya no puede sustentar una población de animales elevada. ¿Cuál sería la solución? ¿Crear una nueva reserva vallada en otro lugar? ¿O este vallado sólo sería en este primer intento para comprobar su validez? La solución del vallado a mi no me parece muy natural, y ésta es la razón pro la que lo veo más un parque de atracciones que una reserva de fauna.

En cuanto a los éticos, es cierto que todo a punta a que la humanidad tuvo la mayoría de la culpa en las extinciones pleistocénicas, y aquí los autores se apuntan al deber moral de solucionarlo. Pero claro estamos hablando de entidades biológicas distintas por lo que más que solucionar la destrucción de este ecosistema lo que se estaría creando es una triste imitación de ello.

Pasemos ahora a los motivos medioambientales, que al fin y al cabo son los que más nos deberían interesar. El efecto de introducir una especie nueva en un ecosistema es totalmente imprevisible y además de ser arduo complicado alcanzar el éxito, incluso con especies autóctonas, y si se habla de varias especies alóctonas para recrear un ecosistema extinto tenemos entre manos una auténtica bomba de relojería. Se crearían nuevas relaciones ínter específicas totalmente imprevistas, además de la posible aparición de nuevas enfermedades y parásitos. Se esgrime como una defensa a ultranza del Parque Pleistocénico la relación existente entre las antiguas especies de proboscidios que habitaban el lugar con los algarrobos americanos, pues bien, hay que tener en cuenta que desde hace 13000 años la flora de las praderas norteamericanas ha cambiado y evolucionado variando significativamente. Además es posible que el sustituto elegido para estos animales no desarrolle la misma correlación con estas especies arbóreas. Todo esto crearía un nuevo ecosistema, que poco o nada tendría que ver con el que se quiere regenerar. No es ocioso recordar que apenas conocemos la estructura y los nexos de éste último.

Otro punto flaco de este proyecto es lo posibilidad de errar en la elección de las especies, de esta forma, en vez de elegir al guepardo africano para sustituir al americano la elección debería recaer sobre el puma (Puma concolor), que parece ser genéticamente más próximo a éste último que el primero. Presentando la ventaja de ser un superviviente autóctono de la época.

Una de las piedras angulares de la “recreación pleistocénica” reside en la creación de nuevas poblaciones de especies en peligro que residen en países en desarrollo con escasos recursos para la conservación. Pero digo yo que sería más correcto y sensato invertir y proceder a la reintroducción de estas especies en zonas de distribución histórica en sus países de origen. Es posible que la ejecución de este proyecto se traduzca en un desvío de los escasos fondos destinados a la conservación, desde de los proyectos realizados hasta ahora en los países de origen a los de la creación de grandes parques de recreación ecológica.

Vamos yo aplicaría lo de más vale malo conocido, que bueno por conocer.

En el Jardín de Suiseiseki se defiende este proyecto, para así tener ambos puntos de vista.

Actualización, 15/10/2008:

¡¡En que estaría pensando, me he dejado un par de argumentos sin poner!!

Los partidarios del Parque Pleistocénico apuntan a que ya existen gueparods, leones y hasta canguros en propiedades privadas del estado de Texas. Así que argumentan que como el mal ya está hecho que más da agrandarlo. Aquí, en la Península Ibérica, han sido introducidos especies como, por ejemplo, el arrui (Ammotragus lervia) y el visón americano (Mustela vison), adaptándose con un enorme éxito, y no por ello debemos permitir la suelta de nuevos ejemplares aunque puedan existir motivos económicos (que por ellos fueron introducidos), ecológicos o estéticos.

También se sustentan en la reintroducción, ya realizada en Nuevo México, de la tortuga de Bolson (Gopherus flavomarginatus), este quelonio formaba parte hace 13000 años de este ecosistema ya desaparecido, subsistiendo en ciertos lugares de México. Esto sí que sería todo un acierto ya que hablamos de la única especie incluida en la iniciativo que no se ha extinguido, no obstante se deberían esperar los resultados de la reintroducción antes mencionada.


Más información:

Página oficial del Pleistocene re-wilding, donde existen varios artículos científicos a favor de esta empresa.

Rubenstein, D.R., Rubenstein, D. I., Sherman, P.W., & Gavin, T. A. 2006. Pleistocene Park: Does re-wilding North America represent sound conservation for the 21st century?. Biological Consevation 132: 232-238.Artículo

lunes, 6 de octubre de 2008

La mala fama de las gaviotas

Todos los ámbitos de nuestra sociedad están impregnados en mayor o menor medida de tópicos y prejuicicos, incluso de esto no se salva ni el mundo científico. De hecho los conclusiones a las que se llegan en muchos estudios están muy influenciados por lo que piensa el autor en un principio. Un ejemplo de esto sería la acusación que recibe la gaviota patiamarilla (Larus michahellis) de especie nociva e invasora.

Gaviota patiamarilla. Esta estupenda foto es de Armando Caldas

En el número de Quercus del pasado mes de septiembre apareció un artículo que pone en tela de juicio esta idea preconcebida. El autor, Daniel Oro Rivas, lleva 20 años estudiando las comunidades de aves acuáticas de algunas marismas e islas del Mediterráneo español, y basándose en los datos acumulados a lo largo de este tiempo afirma que no sólo esa idea de las gaviotas malvadas es falso, sino que además las medidas tomadas en el control de sus poblaciones son ineficaces. Los datos con los que juega el autor apuntan a que el incremento poblacional de la gaviota patiamarilla es inferior a la que han experimentado otras especies con las que convive. Incluso este incremento es ligeramente más pequeño que respecto a una especie exclusivamente mediterránea como es la gaviota de Audouin (Larus audouinii), sobre la que se supone que tiene un impacto negativo. También intenta desmentir esta última idea, llegándo a la conclusión de que la relación entre las densidades de ambas especies es en unas zonas inexistente, mientras que en otras es positiva (es decir, cuantas más patiamarillas hay también hay más de Audouin). Esto tiene una explicación sencilla, y es que nos situamos ante dos especies depredadoras de carácter facultativo, así que no existe una relación directa como la que podría haber entre leones y cebras, sino que se ve influenciada por una gran cantidad de parámetros ambientales.

Así que como conclusión se podría extraer que a la gaviota patiamarilla se le ha colgado el sanbenito de especie nociva sin un estudio que lo confirme, además que el control de poblaciones realizado hasta ahora no ha sido efectivo. Hay que tener en cuenta que estamos ante la única gaviota (al menos en el levante español) que ha sabido adaptarse de forma perfecta a las ciudades, sino sólo hay que darse un paseo por la ciudad de Valencia para ver gaviotas hasta debajo de las piedras. Supongo que es por eso que el boom poblacional de esta especie ha sido tan denostado mientras que en otras especies no. Ahora toca esperar ha que se realicen nuevos estudios que corroboren o desmientan las conclusiones a las que llega Oro Rivas.

Artículo:

Oro Rivas, D. 2008. Adiós al mito de las gaviotas malas. Quercus 271: 14-20. Introducción

jueves, 2 de octubre de 2008

Lucha de titanes

Un grupo de científicos rusos consiguió grabar una escena muy poco habitual, en ella se puede ver como un oso polar (Ursus maritimus), sin duda azuzado por el hambre, ataca y acaba con la vida de una morsa (Odobenus rosmarus). Normalmente en las raras ocasiones en las que el oso se ve obligado a atacar a las enormes manadas de morsas lo hace para devorar a las crías, pero en este vídeo lo hace sobre un ejemplar adulto o uno joven prácticamente desarrollado.


Es impresionante como se llena el hielo de sangre, ¿no?

Este video forma parte de un documental llamado "El oso supremo" en el que se encargan de analizar las distintas habilidades (fuerza, inteligencia, capacidad de escalada,...) de los osos polares, el negro (Ursus americanus) y de los grizzlies (U. arctos horribilis) para llegar a la estúpida conclusión de cuál es la especie de oso que es superior al resto. Por cierto, el ganador fue el oso negro por su capacidad de poder subsistir con los seres humanos y pasar desapercibido.