El Cretácico Inferior supone la aparición del clado así como el momento de mayor diversidad de éste.
Los primeros restos fósiles de un monstersaurio corresponden a Primaderma nessovi de la archiconocida Formación de Cedar Mountain (Utah, EEUU), datado en torno a unos 98-99 millones de años. De esta especie únicamente se conocen huesos craneales aislados y dos vértebras, aún así se aprecia que los dientes tenían los bordes aserrados en los que no parecen existir canales venenosos.
En Mongolia convivieron dos especies. Gobiderma pulchrum, con un tamaño que posiblemente no llegaría al metro de longitud, parece ser la forma más basal del grupo. Tal vez Estesia mongoliensis sea el representante más espectacular del grupo, ya que desrrolló una interesantísima convergencia evolutiva con los varanos. De hecho incialmente se le catalogó como tal. De este taxón sólo se conocen dos cráneos con sus mandíbulas asociadas. E. mongoliensis presentaba canales en los dientes para la inyección del veneno.
Estesia mongoliensis. Dibujo de John Sibbick.
En el Cretácico Inferior de Wyoming se hallaron los fragmentos de Paraderma bogerti. Se trataría de una especie venenosa de un tamaño similar a Heloderma.
Durante el Paleoceno no existen restos de monstersaurios. En este lapso de tiempo se pierde el rastro de las formas asiática, y, por contra, aparecen a partir de este momento las especies europeas.
Eurheloderma gallicum del eoceno de Quercy (Francia) supone el primer euro-helodermátido. La principal característica de E. gallicum es el menor desarrollo de los canales venenosos, ésto se interpreta como que este animal confiaba más en la fuerza de sus mandíbulas para retener a sus presas que en su capacidad ponzoñosa. Un parietal similar a sido hallado en Wyoming asignándose a un subadulto. Aproximadamente en la misma época y también en Francia se encontró una vértebra dorsal que sólo se ha podido atribuir a un helodermátido.
Entre el Oligoceno Medio y el eoceno Medio vivó en Nebraska y Colorado Lowesaurus matthewi antes incluido en el género Heloderma. Los canales venenosos sólo se hallan en la parte delantera de los dientes.
A partir de este momento, hace unos 20 millones de año aproximadamente, no sólo se restringen los restos de helodermátidos a Norteamérica, sino que además únicamente sobrevive el género Heloderma. Los restos fósiles de éste se distribuyen por Nevada, Nuevo México, Texas y, posiblemente, Florida. Heloderma lo componen únicamente tres especies: H. texana, H. horridum y H. suspectum, siendo las dos últimas los actuales representantes del grupo.
H. texana fue una especie de pequeño tamaño del Eoceno Medio de, obviamente, Texas. Morfológicamente es muy similar a las especies actuales.
Tanto el lagarto de cuentas (H. horridum) y el monstruo de Gila (H. suspectum) poseen un cuerpo achaparrado con colas cortas y gruesas, donde acumulan grasa especialmente en el último. ambas especies, de movimeintos lentos, presentan una coloración de piel negra pero mientras en el lagarto de cuentas presenta manchas de color amarillo o naranja en el monstruo de Gila son de color rosa. Esta coloración sirve tanto de camuflaje como de advertencia de su naturaleza venenosa a los depredadores. Buena parte de la dietas de ambos lagartos se compone de huevos y crías de pequeños mamíferos.
El lagarto de cuentas se halla en al costa pacífica de México y Guatemala en regiones áridas y bosques tropicales efímeros. La mayor parte del tiempo lo pasa dentro de hoyos evitando las temperaturas extremas.
Lagarto de cuentas, con abalorios o escorpión(Heloderma horridum).Foto de C. L. Abercombrie.
El monstruo de Gila vive en el sudoeste de EEUU y el noroeste de México. Se le asocia a arbustos desérticos con pendientes pedregosas. el apareamientose realiza en julio normalemente tras un intenso combate entre los amchos, los cuáles se muerden uno al otro. A los doce meses la hembra pondrá unos 12 huevos cubriéndolos con arena.
Las glándulas con las cuáles los helodermátidos segregan el veneno se encuentran en la mandíbula inferior, en contra de los ofidios que se sitúan en la superior, formando unos llamativos abultamientos. Para su inyección presentan unos canales en la parte delantera de acada uno de los dientes de la mandíbula inferior. Las glándulas no expulsan veneno de forma continua así que el animal debe morder para inyectar el veneno. Se piensa que inicialmente esta capacidad de producir veneno tenía fines alimenticios pero con el tiempo esta función fue sustituida por una defensiva, debido a su especialización trófica, única entre los reptiles, de depredar sobre huevos y juveniles de mamíferos y aves. Los efectos del veneno son los siguientes: hinchazón localizada, grandes dolores, vómitos y desmayos. Rara vez es mortal, de hecho sólo se han registrado 8 casos, en los que la mayoría estaban borrachos, con lo que el alcohol había potenciado la toxicidad del veneno. A todo esto hay que añadir los daños mecánicos de la mordedura. Estos animales aguantan mucho minutos mordiendo (recordemos que con cada mordedura sueltan más veneno), incluso se dice que para poder librarte un monstruo de Gila que te está mordiendo debes de hacer palanca para abrirle las mandíbulas.
Bueno pues hasta aquí lo que tenía que contaros sobre un grupo de lagartos muy interesantes y curiosos. Perdonar por la extensión de la entrada.
* Podría considerarse que el dragón de Komodo (Varanus komodoensis) fuera un lagarto venenoso, pero lo que en realidad produce este saurio es una infección por las bacterias alojadas en su saliva (cosa que por cierto también se ha especulado que hiciera Tyrannosaurus rex).
Bibliografía consultada:
Las glándulas con las cuáles los helodermátidos segregan el veneno se encuentran en la mandíbula inferior, en contra de los ofidios que se sitúan en la superior, formando unos llamativos abultamientos. Para su inyección presentan unos canales en la parte delantera de acada uno de los dientes de la mandíbula inferior. Las glándulas no expulsan veneno de forma continua así que el animal debe morder para inyectar el veneno. Se piensa que inicialmente esta capacidad de producir veneno tenía fines alimenticios pero con el tiempo esta función fue sustituida por una defensiva, debido a su especialización trófica, única entre los reptiles, de depredar sobre huevos y juveniles de mamíferos y aves. Los efectos del veneno son los siguientes: hinchazón localizada, grandes dolores, vómitos y desmayos. Rara vez es mortal, de hecho sólo se han registrado 8 casos, en los que la mayoría estaban borrachos, con lo que el alcohol había potenciado la toxicidad del veneno. A todo esto hay que añadir los daños mecánicos de la mordedura. Estos animales aguantan mucho minutos mordiendo (recordemos que con cada mordedura sueltan más veneno), incluso se dice que para poder librarte un monstruo de Gila que te está mordiendo debes de hacer palanca para abrirle las mandíbulas.
Bueno pues hasta aquí lo que tenía que contaros sobre un grupo de lagartos muy interesantes y curiosos. Perdonar por la extensión de la entrada.
* Podría considerarse que el dragón de Komodo (Varanus komodoensis) fuera un lagarto venenoso, pero lo que en realidad produce este saurio es una infección por las bacterias alojadas en su saliva (cosa que por cierto también se ha especulado que hiciera Tyrannosaurus rex).
Bibliografía consultada:
- Bauer, M. 1990. Lagartos en El maravilloso mundo de los animales III: Introducción al mundo de los reptiles y los anfibios. RBA publicaciones, S.A.: 126-173.
- Molnar, R. E. 2004. Monstersauria en Varanoid lizards of the world. Pianka, E.R., King, D. & King, R.A. editors, Indiana University Press: 28-31. Libro. Review.
- Norell, M. A. & Gao Keqin. 1997. Braincase and phylogenetic relationships of Estesia mongoliensis from the Late Cretaceous of the Gobi Desert and the recognition of a new clade of lizards. American Museum Novitates 3211: 25 pp. Artículo.
- Rodríguez de la Fuente, F. et al. 1970. Capítulo 43: Los reptiles del desierto en Enciclopedia Salvat de la Fauna IV: Eurasia norteamericana. Salvat, S.A. de Ediciones/Pamplona: 57-79.